La educación del siglo XXI demanda una formación distinta a la tradicional, la idea es brindar un modelo de aprendizaje que nos prepare no sólo a alcanzar una profesión, sino que nos ayude a enfrentarnos y superar los conflictos en la vida.
Ya no es suficiente adquirir sólo competencias cognitivas o tecnológicas; debemos poseer también habilidades que nos capacite a desenvolvernos de manera asertiva con nosotros mismos y la sociedad en que vivimos.
Por eso quiero hablarte de la educación emocional como un aspecto imprescindible en la escuela, la cual debe ir de la mano con educación formal, con el fin de capacitar a una generación capaz de enfrentar los retos de una forma más exitosa. ¡¡Acompáñame!! 👍
Tabla de contenidos
¿Qué son las emociones?
Una emoción, es definida por los teóricos como:
Un estado complejo del organismo, caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada.
Las cuales se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno.
Es decir, son las alarmas de nuestro cuerpo que aparecen para indicarnos que algo ha afectado negativa o positivamente nuestras vidas, tal cual lo refleja el film intensa-mente 😉
¿Por qué es importante conocer las emociones?
Es importante conocer nuestras emociones, porque son parte de nuestras vidas, aunque generalmente no le prestamos la debida atención.
Casi nunca nos detenemos a pensar, en todas las cosas que nuestras emociones son capaces de influir. Ellas a diario son responsables de impulsar u obstaculizar nuestras decisiones 😯
Especialistas en esta área como Goleman nos explican que, las personas capaces de canalizar adecuadamente sus emociones e interpretar y relacionarse efectivamente con los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida.
Estas personas, son más eficaces y productivos, puesto que pueden tener un mejor control emocional y mental.
Por lo tanto, debemos estar atentos a nuestras emociones, a fin de asumir con la mejor actitud los acontecimientos que se nos presenten. Ésto será fundamental para nuestro bienestar mental y por ende ser más competitivos en nuestro entorno.
Nuestras emociones y la educación formal
Quiero iniciar esta sección con una frase de Mario Benedetti:
Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus funciones, sus sitios, pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma
Extrapolando esta frase del gran poeta en la educación formal, podríamos decir que, la escuela nos ha enseñado a ser excelentes programadores, ingenieros, médicos, arquitectos, etc. Somos profesionales capaces de crear inteligencias artificiales, hermosos edificios, realizar trasplantes exitosos.
Sin embargo, la escuela no nos ha capacitado para lidiar con las emociones cotidianas que enfrenta un profesional. Por ejemplo:
- Trabajar bajo presión
- La ansiedad que produce una entrevistas de trabajo
- La supervisión en áreas de las cuales somos expertos, pero nos aterra el hecho de que vengan a «evaluarnos» 😥
- El miedo al fracaso
- Poder trabajar en equipo
- Tener empatía, etc.
De igual manera, a los más jóvenes en la escuela, se les menciona sobre la adolescencia y los cambios emocionales que suelen ocurrir a esa edad; pero al llegar a esa etapa, no se les dan las herramientas, para lidiar con los cambios de humor y ansiedad en su día a día.
Es por todo ello, que la educación emocional, se ha convertido en un ingrediente adicional para este nuevo siglo, y actualmente se está tratando de incluir en la educación formal, ya que juntas podrían tener la oportunidad de moldear a un ser humano más completo.
La finalidad es que las personas alcancen competencias no sólo del saber, sino también del ser y el convivir; tal cual lo establece la UNESCO en los 4 pilares de la educación.
Nota
La idea es intentar que nuestros estudiantes sean menos vulnerables ante ciertas circunstancias en los que no pueda controlar sus emociones, ya que cuando esto sucede, suele acarrear graves consecuencias.
Pero, este tipo de educación debe ser un proceso formativo continuo y permanente, el cual deberá estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente del estudiante.
¿Qué aportes nos ofrece la educación emocional en el aula?
La educación emocional en nuestras aulas de clases, debe estar enfocada en generar competencias emocionales, es decir: que el estudiante logre apoderarse de un conjunto de conocimientos, facultades, habilidades y actitudes para comprenderlas mejor, con el fin de expresarlas de forma apropiada y relacionarse efectivamente.
Estas competencias emocionales abarcan dos vertientes:
- Capacidades autoreflexivas, es decir que el estudiante sea capaz de poder identificar sus propias emociones y regularlas de forma apropiada.
- Capacidades interpersonales, las cuales se refiere a las habilidades sociales, empatía, capacidad para captar en otros la comunicación no verbal, etc.
Que sean capaces de desarrollar destrezas, que lo favorezcan a ser más inteligente emocionalmente.
A continuación te dejo algunas de las destrezas que la educación formal y la emocional (de acuerdo a Salovey y Mayer), podrían trabajar juntas en el aula. Si conoces alguna otra, te invito a comentarlas 😉
1) Conocer las propias emociones
Debemos aprender a reconocer un sentimiento en el momento en que nos ocurre, con el fin de poder canalizarlo y no caer en emociones incontroladas.
Nuestros estudiantes, deben aprender a conocerse a sí mismo, para poder saber cómo actuar y no dejarse arrastrar por el impulso que sucede en el momento.
2) Manejar las emociones
En ocasiones, vemos en nuestros salones de clases alumnos muy inteligentes, excelentes a nivel académico, pero se perciben con muy poca seguridad para hablar en público: poseen mínimas habilidades de comunicación asertivas.
Todo eso, los convierte en chicos temerosos por el miedo de ser criticados o a equivocarse, ocasionando con el tiempo ciertas dificultades en su desarrollo cognitivo.
La educación emocional en el aula puede incluir mecanismos para enseñar a los estudiantes a manejar los propios sentimientos, a fin de que se expresen de forma apropiada y sin temor a ser rechazados.
3) Motivarse a sí mismo
Una emoción impulsa una acción. Por lo tanto la emoción y la motivación se encuentran íntimamente relacionadas.
Nota
Recordemos lo que dice la neurociencia: Los alumnos aprenden mejor cuando están motivados, cuando algo les gusta, cuando se sienten bien en torno a su aprendizaje, por tanto, estimular emociones positivas o desarrollar habilidades emocionales implica mejores resultados cognitivos.
La educación emocional busca encaminar los sentimientos y consecuentemente la motivación, con el fin de lograr los objetivos esenciales para estimular la creatividad, aumentar la atención y la fuerza interna del estudiante 💪
4) Reconocer las emociones de los demás
Algunos afirman que, la empatía es un don; sin embargo actualmente es considerada una habilidad que puede desarrollarse exitosamente basada en el conocimiento de nuestras propias emociones.
No es algo que solo necesitan los abogados, sacerdotes, expertos en ventas y políticos. Es una competencia necesaria que necesitamos todos para vivir mejor con nuestro entorno 😀
Es necesario aprender a ser empático, ya que así se podemos llegar a entendernos mejor con los demás, considerando las necesidades y deseos de los otros.
5) Establecer relaciones
Goleman nos plantea, que:
El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar sus emociones.
En ocasiones, observamos jóvenes y profesionales con capacidades maravillosas para ver problemas desde distintas ópticas y generar soluciones eficientes, pero no saben comunicarse asertivamente con los demás y mucho menos, convencer a su equipo para organizarse hacia la solución de problemas.
Es necesario poder enseñar a los estudiantes ciertas habilidades sociales para interactuar de forma efectiva con los demás, ya que este tipo de aprendizaje les dará las competencias idóneas para complementar habilidades de liderazgo y eficiencia interpersonal.
El Rol del profesor en la educación emocional
Cuando recordamos a nuestros mejores profesores, reconocemos sus grandes conocimientos, pero realmente fue su cercanía, confianza, credibilidad, capacidad para motivar, respeto y disponibilidad lo que los convirtió en personas imposibles de olvidar.
El rol del docente en la educación siempre es fundamental y en la educación emocional mucho más, ya que él será el líder-socioemocional en el aula.
Pero, no se puede dar, lo que no se tiene. Por lo tanto, el profesor debe empezar a capacitarse en esas áreas, a fin de adquirir habilidades emocionales, que luego podrá usar en clases para enseñar y aprender.
Un profesor emocionalmente competente podrá desarrollar e influir en un clima realmente efectivo en el aula, para generar en sus alumnos las competencias socio-emocionales, tales como: seguridad, independencia, cooperación y colaboración.
Retos del docente para trabajar con la educación emocional en el aula
En muchas aulas de la educación primaria, secundaria y superior se está incluyendo la educación emocional, pero en su mayoría parte de la iniciativa del profesor innovador o en el mejor de los casos como prueba piloto para incluirla en algún momento en el curriculum.
Dato
Una de las universidades que sí ha tomado esta iniciativa, se encuentra en España, la Universidad La Laguna.
Esta casa de estudios actualmente es la única universidad pública española que contempla esa materia como obligatoria.
Como profesor a veces no es fácil trabajar la educación emocional de manera autónoma, debido a las limitaciones que estas implican.
A menudo, se tiene que seguir un currículum demasiado estricto, que en ocasiones impide realizar actividades concretas destinadas al desarrollo emocional de los estudiantes.
Sabemos que, en muchas instituciones actualmente se está fijando su mirada a la educación emocional, pero los tramites en la inclusión de métodos y estrategias para tales fines, son muy lentos.
Insertar la educación emocional en el aula representa un esfuerzo que, en la actualidad no se encuentra reconocido en el curriculum, por lo que algunas escuelas no sienten la necesidad de promoverla. Sin embargo, ante esto la iniciativa del docente es primordial para innovar.
Por lo pronto, somos nosotros los docentes, preocupados por la educación integral y la salud emocional de nuestros jóvenes, los que hemos decidido tomar las iniciativas con pasos firmes y convencidos de que no sólo somos transmisores de conocimiento.
Conclusiones
Los niños, jóvenes y adultos necesitan en su desarrollo hacia la vida profesional, que se les proporcionen recursos y estrategias para enfrentarse con las inevitables experiencias que la vida les deparará.
La educación emocional debe acompañar a la educación formal,con el fin de capacitar a todas las personas para que adopten comportamientos que tengan presentes los principios de prevención y desarrollo humano.
El docente es vital en el desarrollo de competencias eficaces de las emociones de sus alumnos, pero para ello debe capacitarse, con el fin de brindar experiencias que inviten al aprendizaje para la vida.
La idea es que, el estudiante entienda que sus emociones son parte de él, que ellas lo abarcan todo y lo acompañarán toda su vida.
Por lo tanto, las emociones no deben convertirse en un obstáculo, al contrario, deben ser la sal de la vida; y es por ello que, la inteligencia emocional lo ayudará a usarlas a su favor, contribuyendo al desarrollo integral de él como ser humano.